Tan sólo 2 horas después del inicio de la jornada las primeras partidas de aceituna llegan a la almazara, donde nuestro “almazarero” hace una primera inspección visual sobre el estado del fruto, verificando que el mismo esté sano y con buen aspecto exterior. Posteriormente se procesa en la planta de limpieza consistente en separar la aceituna de posibles impurezas tales como hojas y ramas, mediante un ciclón que las sopla, para pasar a su posterior almacenamiento en sus tolvas de acero inoxidable y su inmediato procesado.
La molturación y el batido se realizan en frío, con temperaturas inferiores a los 27º C, y un tiempo de batido muy corto, conservando de esta manera todos los componentes volátiles, causantes de los aromas y sabores frutados que se transmiten del fruto al zumo.
Tras el batido viene la centrifugación física, que consiste en la separación la parte líquida; alpechín (agua de vegetación) y aceite, de la parte sólida; masa (hueso, pulpa,…) como consecuencia de las distintas densidades que tienen los componentes de la aceituna.
Nuestro AOVE no contiene ningún tipo de intervención química. Presenta una acidez inferior al 0.19º, se obtiene así un producto de máxima calidad con sabor suave y matices predominante perfectos para el paladar más exigente.